Parques emblemáticos

Olaya Herrera

Construido en la década de 1930, está ubicado entre las calles 19 y 23 y entre la Avenida 30 de agosto y la Carrera 14 Bis en Pereira. Originalmente situado entre las calles 18 y 21, su diseño incluye amplios espacios, zonas deportivas y obras artísticas como el Obelisco y la Niña con Ánfora, además de la moderna estación del Megacable. Este parque destaca por su simbología masónica, visible en sus senderos y en el obelisco, que integran figuras como la escuadra y el compás.

Históricamente, el parque fue diseñado por la Sociedad de Mejoras Públicas de Pereira, fundada en 1925, que incluía destacados masones locales como Ricardo Sánchez y Deogracias Cardona. Esta organización buscaba promover el progreso moral y material de la ciudad. En 1932, durante la visita del presidente Enrique Olaya Herrera, el parque adoptó su nombre en homenaje al mandatario. Inicialmente formaba parte de un trío de parques inspirados en virtudes: libertad (Parque de La Libertad), victoria (Parque de Bolívar) y fe (Parque Olaya Herrera).

 

Lago Uribe Uribe

Conocido popularmente como “El Lago”, se construyó en 1926 en el centro histórico de Pereira bajo la iniciativa de la Sociedad de Mejoras Públicas. Originalmente llamado Plaza de la Concordia, ha tenido diversos nombres a lo largo de su historia: Plazuela de Colón, Parque de los Novios y Parque Lago Uribe Uribe. Su lago central, único en su época, servía como reservorio de agua para emergencias como incendios y como espacio recreativo. Allí se practicaban actividades como remo, natación, cine al aire libre, ferias y presentaciones culturales.

En sus inicios, el parque albergaba una ceiba monumental que fue reemplazada por el lago. En su centro se instaló inicialmente un busto del General Rafael Uribe Uribe, obra del escultor Francisco Antonio Cano, que posteriormente fue trasladado a un costado debido a críticas.

La Libertad

Anteriormente conocido como Plaza de la Paz y Parque Cañarte, fue diseñado por Guillermo Velázquez y urbanizado por Julio Rendón. Originalmente, fue un jardín de estilo inglés y francés, rodeado por una verja que luego se trasladó al cementerio San Camilo. En su centro, se construyó un quiosco donde la banda municipal ofrecía conciertos dominicales.

El parque fue un símbolo de resistencia y espacio político en la primera mitad del siglo XX. Durante la presidencia de Julio Rendón en la Sociedad de Mejoras Públicas, se dictó una controvertida norma que prohibía la entrada de personas descalzas, lo que generó fuertes críticas de figuras como Ignacio Torres Giraldo. Este episodio marcó un punto de inflexión, consolidando al parque como un espacio de protesta y expresión social.

El carácter contestatario del parque quedó plasmado en 1957 con la creación del Monumento a los Estudiantes, un mosaico realizado por la artista pereirana Lucy Tejada, en homenaje a los estudiantes que participaron en la caída de la dictadura de Rojas Pinilla. Esta obra es un ícono del parque y refuerza su identidad histórica como espacio de resistencia y memoria colectiva.

¿Sabías que, entre las décadas de 1930 y 1940, Pereira se convirtió en un refugio para migrantes de Turquía, Siria y Europa, quienes huían de los estragos de la Segunda Guerra Mundial?

Refugiados, entre ellos muchos judíos, vinieron a esta ciudad buscando una nueva oportunidad y no llegaron con las manos vacías: trajeron consigo el impulso para transformar la economía local. Sus inversiones, negocios y emprendimientos fueron semillas que hicieron florecer industrias y mercados, convirtiendo a Pereira en una ciudad vibrante y próspera. Así, en medio de un tiempo de crisis mundial, estos migrantes aportaron al desarrollo de la región y dejaron un legado de crecimiento que aún resuena en su historia.

¿Sabías que el corazón de Pereira late entre tres parques históricos que, aunque hoy tienen nombres conocidos, esconden secretos de cambio y memoria?

La Plaza de la Paz, donde la gente se reunía a dialogar y compartir, evolucionó hasta convertirse en el Parque La Libertad, emblema de la ciudad. A unas cuadras, el Parque del Lago Uribe Uribe comenzó como la Plaza de la Concordia y pasó por nombres como Plazuela de Colón y Parque de los Novios, hasta que el agua y el verde lo consagraron con su nombre actual. Y, claro, la Plaza de Bolívar, que originalmente honraba a la reina Victoria de Inglaterra, hoy se levanta como un símbolo de independencia y orgullo local. Estos tres parques, con sus historias y cambios, son el reflejo de una ciudad en constante transformación, guardando las huellas de lo que Pereira fue y de lo que sigue siendo.

Entre las sombras de la Plaza Cívica de Ciudad Victoria y el Centro Cultural de Ciudad Tejada, una historia inquietante recorre los pasillos

la leyenda de la niña de Lucy Teja. Se dice que, en los silenciosos corredores de la biblioteca y la emisora cultural, una pequeña figura vaga sin rumbo, atrapada entre este mundo y otro. Testigos afirman haber sentido su presencia, un frío inexplicable que precede su aparición, y algunos aseguran haberla visto cruzar con pasos lentos, como si estuviera buscando algo. La tradición oral la ha convertido en un espectro inevitable, un recuerdo de los restos que alguna vez reposaron en este sitio, dando vida a un misterio que sobrevive al paso del tiempo

¿Sabías que a finales de los años 60 y principios de los 70, una emisora local organizaba concursos insólitos en el Parque Uribe Uribe?

Imagínate el desafío: cruzar en bicicleta un lago improvisado, sobre una angosta fila de tablas que lo atravesaba. La emoción era palpable en cada intento, mientras el público retenía la respiración y luego estallaba en carcajadas al ver a los ciclistas, uno tras otro, perder el equilibrio y caer al agua. Aquellos eran tiempos donde la comunidad se unía en torno a la risa y la adrenalina, disfrutando juntos de esa mágica combinación de riesgo y diversión.

Sobre los escombros yacen historias olvidadas.

Tras el terremoto de 1999, la Plaza Cívica de Ciudad Victoria y el Centro Cultural Lucy Tejada se alzaron sobre los restos de lo que fue, durante décadas, el corazón comercial de Pereira: la antigua Galería Central. Al derrumbar sus muros, desgastados y frágiles como la misma catedral, los escombros revelaron un pasado inquietante; huesos y restos humanos sepultados entre las ruinas de la galería emergieron para recordarnos que cada ladrillo y cada piedra de este lugar se cimenta sobre historias de vida y muerte

¿Sabías que el parque de La Libertad se llamó así porque era en ese lugar donde se reunían los revolucionarios y librepensadores?

En algún momento de la historia, este parque fue el sitio de encuentro para que los hombres libres de la ciudad gritaran sus arengas contra aquellas directivas gubernamentales con las que no estaban de acuerdo. Hoy también es el lugar preferido para los manifestantes, en especial los profesores de la ciudad que con su presencia honran la lucha de clases y mantienen presente que la libertad prima sobre la esclavitud y las arbitrarias decisiones políticas. 

¿Te has preguntado alguna vez dónde llegaron los primeros colonos en Pereira?

Aunque hoy el centro es el corazón de la ciudad, aquellos primeros pobladores no se asentaron ahí. Al contrario, se establecieron en lo que hoy conocemos como Condina. Sin embargo, estas tierras no ofrecían la fertilidad que esperaban, lo que llevó a los colonos a trasladarse poco a poco hacia zonas más cercanas al centro actual. Así comenzó el movimiento que dio forma a la Pereira que conocemos hoy.

¿Te has preguntado quién sentó las bases para la Constitución de 1886?

Don Francisco Pereira Martínez fue uno de los primeros en dejar los indicios de lo que sería la creación de esta importante Constitución, que con el tiempo se convirtió en uno de los pilares de nuestra historia jurídica.

¿Sabías que, en el siglo XIX, para fundar una ciudad, se realizaba un acto simbólico muy particular?

En lugar de ceremonias complejas, bastaba con que los fundadores desenvainaran una espada y marcaran una gran X en un árbol, a menudo cortándolo parcialmente. Este sencillo gesto se convertía en el primer hito de la nueva ciudad, dejando así, con una sola marca, el inicio de lo que sería un nuevo asentamiento.

¿Sabías que Pereira tuvo tres fundaciones a lo largo de su historia?

La primera ocurrió en 1540, cuando el mariscal Jorge Robledo, quien entonces ostentaba el rango de capitán, llegó a estas tierras y fundó la ciudad de Cartago. Sin embargo, apenas un año después, en 1541, llegó su superior, Sebastián de Belalcázar, quien informó que la ciudad había sido mal fundada I. Esto obligó a los colonizadores a realizar una nueva fundación.

Finalmente, el 30 de agosto de 1863, con una ceremonia religiosa encabezada por el padre Remigio Antonio Cañarte, se fundó legalmente la ciudad de Pereira, que conocemos hoy. Esta tercera y última fundación marcó el inicio de un nuevo capítulo para la ciudad y sus habitantes, consolidando su identidad y lugar en la historia de Colombia.

¿Sabías que la emblemática Plaza de Bolívar no siempre llevó ese nombre?

En sus primeros años, fue conocida como Plaza Victoria, reflejo de una época en la que nuestra identidad aún estaba marcada por influencias europeas. De hecho, el diseño urbano de la ciudad y el trazado de sus calles fueron obra de un arquitecto inglés llamado Walker, quien eligió el nombre de “Plaza Victoria” para este lugar central que, con el tiempo, se convertiría en un ícono de nuestra historia y cultura.